domingo, 20 de junio de 2010

TOY STORY 3… NO, NO ES OTRA MÁS

En definitiva TOY STORY 3 se ha convertido en mi segunda película infantil favorita. Y debo decir que no es cosa fácil, DISNEY es especialista en “jugar” utilizando los chantajes emocionales para que niños y adultos híper sensibles consideren sus películas como fantásticas, ya sea porque un venadito perdió a su mamá en una cruel cacería, o porque un pez busque a su hijo por todo el océano o porque una rata ayude a un solitario cocinero. Y no porque considere que esas películas sean malas, todo lo contrario, Disney cuida tanto su manufactura que es innegable su calidad.

Pero en cambio esta película no únicamente es divertida y emotiva, sino que es ampliamente conmovedora pero sin sentirte chantajeado, y lo más importante para que pueda considerar a una película infantil no simplemente como un pasatiempo, es que deje un mensaje indeleble en los adultos y casi imperceptible pero permanente en los niños.

Cuando la casa productora infantil más famosa de todo el mundo anuncio una tercera parte de la ahora Saga de TOY STORY, pensé sinceramente que ya no daba para más. Y es que les ha sucedido no una, sino decenas de veces incluyendo a la competencia como DREAM WORKS que aunque gracias a la mercadotecnia funcionen en taquilla, (como Shrek, con la osadía de que viene otra por cierto ¿?) la verdad es que pasan sin pena ni gloria y ya nadie se acuerda más que de la primera. Tal ha sido el caso de ALADINO, EL REY LEÓN, POCAHONTAS, etc. que incluso han salido directamente para formato de vídeo.

Recuerdo cuando salió la segunda parte de T.S. fue más la expectativa que el resultado, ya que no pasó de ser una entretenida secuela donde nos relatan una simple odisea de un grupo de juguetes luchado por regresar a casa. Y era precisamente a eso que se debían principalmente mis resquemores con la tercera parte.

Sin embargo ésta, a pesar de que utiliza muchos de los mismos elementos utilizados en la 1 y la 2, tiene algo más que la hace única, incluso y a mi particular forma de verlo, encima de la primera. Y es que tiene más aspectos que explorar como la amistad, la lealtad, y uno de los momentos más difíciles a los que tenemos que enfrentarnos todos los seres humanos cuando crecemos y eso es precisamente renunciar a nuestra infancia.

Con elementos que la refrescan como la inclusión de nuevos personajes que siguen siendo clásicos en el catalogo de juguetes como Ken (sí, el mismo Ken de Barbie), un gran oso rosa aromático, unos adorables chicharitos (hablando de…) y ¡Aaahh! el chango de mis pesadillas (recuerdo que en mi niñez, recibí de regalo un horrible chango con ojos movibles y saltones que traía unos platillos en las manos que sonaban estruendosamente al tiempo que el primate los juntaba mientras esbozaba una diabólica sonrisa) y que por cierto funge en la película como uno de los villanos (ajá, siempre supe que ese chango no tenía buenas intenciones…)

Y sí, hacía mucho que una película no me hacía llorar, mucho menos una infantil como sucedió con ésta, y no porque haya sucumbido al chantaje, más bien fue por nostalgia, la misma que a los que ya no somos tan niños nos invade cuando nos damos cuenta, que no sabemos porque dejamos de serlo.

Agradezco a Disney y a TOY STORY 3 por recordarme de nuevo esa etapa de mi vida.

3 comentarios:

Floritere dijo...

sii lo mismo me paso a mi!, y kreo ke a millones de personas en todo el mundo
estaaa increibleee ame esa pelicula
salu2

Unknown dijo...

HOLA, ESE "MAS SIN EMBARGO" NO ME GUSTÓ NADA.(SIMPLE OBSERVACIÓN).

FABULOSA LA PELÍCULA.

DISCREPO CONTIGO EN CUANTO A QUE TODA OBRA DEBE LLEVAR "MENSAJE".

TE FELICITO POR ESE TOQUE QUE SOLO TU TIENES PARA CRITICAR LAS PELÍCULAS.

BESOTOTOTES.

Perla Soreim dijo...

Jorge, mil gracias por tu comentario y por estar pendiente del blog.

En cuanto a que toda obra debe llevar un mensaje, claro que no, me refería exclusivamente a las películas infantiles, vistas desde el punto de vista adulto, específicamente el mío y que no me deje exclusivamente con el sabor de las palomitas.

Gracias por tu observación estaré más pendiente.

Te quiero.