domingo, 24 de abril de 2011

EL SECRETO DE ALEJANDRO, DEJAR IR…

¿Cual fue el secreto de Alejandro Magno, para convertirse en el mayor conquistador de la historia? ¿Su estrategia militar? ¿Su poder de persuasión? ¿Su arrolladora personalidad conjunto a su inteligencia? Seguramente aunado a todo lo anterior, el secreto se debió a su habilidad de “dejar ir”…

A diferencia de otros nacionalistas, como Napoleón o Hitler, orgullosos de su raza, e impositores de ésta, Alejandro amaba donde estaba y con quien estaba. “Al pueblo que fueras, has lo que vieras” parecería ser su lema. En Persia adopto sus ropas, sus costumbres y en parte su religión, en Asia y África hizo lo mismo cuando venero a los Dioses Egipcios, respeto sus usos y sus costumbres, jamás impuso nada, y se adaptaba a éstos, se caso con mujeres de las naciones que conquistaba según sus costumbres, incluso fue adoptado oficialmente como hijo de quien anteriormente fuera la madre carnal de Darío el rey de Persia y uno de sus mas grandes enemigos.

A veces hay que dejar ir unas cosas para alcanzar otras. Fue severamente criticado por sus compatriotas, pero yo me pregunto… ¿hubiera llegado a ser el poderoso conquistador de continentes, de no haber dejado ir afectos, recuerdos, lugares que le impidieran seguirse abriendo paso por el mundo…

Amen a esto, lo relacione con una capsula radiofónica que escuché hace poco. Se trataba de uno de esos consejos para las amas de casa, en este caso dirigido principalmente a las madres; “Cuando el niño se aferre a algo no lo fomentes, sí olvida el osito de peluche, o algún juguete favorito, no te regreses por el. Así aprenderá a no depender de nada para estar contento y pasarla bien y cuando crezca no será doloroso desprenderse de las personas, ni de los recuerdos, ni de los lastres que pueden obstruir el desenvolvimiento, aprendiendo a no depender de nada que no sea de sí mismo”  

Escuchando ese pequeño y a primera instancia insignificante comentario me quede un rato analizándolo. ¿Que tan bueno o malo resulta encariñarnos al punto de aferrarnos a algo? la famosa mantita que abraza el niño de pequeño para sentirse seguro es cliché de pertenencia entre los pequeños en Estados Unidos. ¿Que pasa cuando nos separan de aquello con lo que nos sentimos seguros; los objetos, los lugares, las personas, los recuerdos…? Es como sentirse desnudos, desprotegidos quizás, la inseguridad de no tener un mástil en el cual sostenernos.

Tampoco se trata de volvernos unos despreocupados y nos olvidemos de las cosas importantes, o de nuestra propia identidad, pero sí, tal vez aprender a dejar ir lo que nos impide movernos, avanzar, crecer. Si por alguna circunstancia, cualquiera que sea esta, tener que desprendernos de “aquello” que nos lastime, pero sobretodo, que nos detenga; que si el ex novio que no logramos olvidar y buscar nuevas oportunidades; que no me atrevo a presentar el examen final si no encuentro la cruz que me dio la abuela para que me fuera bien; que el recuerdo de una persona a la que no veré jamás no me deja seguir adelante.

Y ciertamente estoy muy lejos de saber psicología y mucho menos de aplicarla, no doy diagnósticos tampoco, me limito únicamente a simples comentarios. Pero algo me queda claro con todo esto, si no dejamos ir nuestro pasado tortuoso, nuestros traumas, seguimos siendo dependientes de muletillas que nos vuelven cada vez más dependientes.

Y volviendo a Alejandro, el mismo que lograra tanto en tan poco, y a quien nadie pudo detener más que la muerte natural, porque cabe mencionar que jamás fue derrocado en cuanto a poder se refiere, a diferencia de otros grandes lideres, como los anteriormente mencionados. Hitler que con su pasión aria, no le duro el gusto de conquista más que unos cuantos años, ya que con su política impositiva y aferrada logro que gran parte del mundo se uniera en su contra y finalmente su inminente derrota. Y Napoleón por el estilo también. ¿Qué hubiera pasado sí Alejandro hubiera llegando tirando templos a diestra y siniestra? o sí al llegar a Egipto se hubiera tenido que regresar a Macedonia porque extrañaba la comida griega?... La historia hubiera sido otra, y Alejandría nunca hubiera existido.

Tal vez no haya encontrado el hilo negro acerca del éxito de Alejandro Magno… pero quizás sí, porque eso de dejar ir, no es tan fácil como se escribe… si lo sabré yo…

martes, 12 de abril de 2011

EL CINE A LA MODA; DOS PAPYS, DOS MAMYS… ADOPCIONES HOMOPARENTALES EN LA PANTALLA GRANDE


Por casualidad, o predeterminación, pero es curioso que dos películas que traten el mismo tema, salgan casi al mismo tiempo, pero en fin, puede ser que llevados por la ola de polémica que las uniones entre parejas homosexuales, y hablando principalmente de la adopción sea abordado de manera tan distinta.


Y es el caso de la película mexicana “La otra familia”, que ciertamente el tema es por demás interesante, cuando una pareja gay por circunstancias de la vida tiene que hacerse cargo de un niño, no sin antes enfrentarse a los prejuicios que su condición de pareja “distinta” conlleva. Es típico pensar que el niño corre peligro, por el simple hecho de que los tutores, sean degenerados sexuales capaces de abusar del niño, únicamente por que son gays. Como si no existieran padres heterosexuales, abusadores de sus propios hijos. No hay formulas, ni condiciones, ni preferencias sexuales especificas para mentes perversas, como tampoco las hay para personas con buenas intenciones capaces de hacer de un niño, hombres o mujeres de bien, atreves del cariño y de los cuidados necesarios.

Hasta aquí vamos bien, un planteamiento interesante por el camino correcto, hasta que el extremo optimismo se apodera de los creadores de este filme, contando una historia que no justifica, ni explica los planteamientos, personajes que salen de la nada, situaciones que nada tienen que ver con la trama principal, y para colmo mi osito de felpa azul es mas carismático que el niño protagonista (que no tenía mas gracia que ser hijo del director), no me queda duda que de haber tenido la chispa necesaria, hubiera podido salvar una historia que se pierde y no termina por convencer.

En cambio, “The kids are all right” a diferencia de la anteriormente mencionada, con un argumento mucho mas simple, nos muestra un matrimonio de mujeres, que tienes dos hijos adolecentes, concebidos por ambas mediante inseminación, con problemas típicos de adolecentes, que finalmente los lleva a la búsqueda del donador de esperma con el que fueron concebidos.

A partir del encuentro de los chicos con su “padre” se desatan situaciones que cualquier “familia” podría tener; celos parentales, desajustes emocionales y hasta infidelidad. De hecho lo único que podría diferenciarla de una historia familiar típica es precisamente que sean dos madres casadas entre sí, quienes la protagonicen, pero es tan simple, es decir, tan real, el no hacerse tantas telarañas al respecto en cuanto a los famosos “traumas” que causan que unos niños crezcan en el seno de una familia homoparental, que los chicos, ni se les “contagia” la homosexualidad, y no tienen ni más ni menos problemas que otros que lo hacen bajo la protección de una pareja heterosexual.

Lo que si me queda claro es que hay años luz entre cultura y cultura, (y no hablemos de calidad cinematográfica) porque cuando en le película mexicana todavía se está luchando porque no se vea aberrante el hecho de que parejas gays puedan adoptar, en estado unidos ya se trata de buscar al donador del proceso de inseminación…