Este año cumplimos 200 años de habernos independizado de España y su yugo. Nos liberamos de España, ¿pero nos hemos liberado de nosotros mismos? ¿porque a 200 años no nos hemos podido consolidar como País soberano sí contamos con todos los recursos para conseguirlo? Tal vez una mente tal elemental como la mía no tenga la respuesta adecuada, pero afortunadamente cuento con el apoyo didáctico que los libros me ofrecen.
Primero que nada, al analizar la independencia de México vino a mi mente uno de los mejores ensayos de los más grandes escritores de todos los tiempos, Octavio Paz (a mí particular punto de vista), y me refiero a “El Laberinto de la Soledad” así que nadie como él para describirnos como individuos en cuerpo y alma, cargando los lastres en la espalda que llevamos desde hace siglos.
Lo curioso es, que este ensayo tiene más de 50 años de describir a un México solo, triste, minimizado, pero… lo peor de todo es que este ensayo está aún vigente en muchos de sus puntos. Es una lastima que 50 años no nos hayan servido para evolucionar, pero no debería de sorprenderme, somos un país “INDEPENDIENTE” y 200 años no nos han bastado para acostumbrarnos a serlo, dependemos de todos menos de nosotros, nos quejamos de todo pero que hemos hecho para cambiar las cosas, que sí las autoridades no han desazolvado las coladeras para evitar las inundaciones, ¿y que hay de la basura que tiramos para taparlas? pero sí exigimos que quiten “nuestra basura” porque nos ahogamos en ella.
Y no me refiero únicamente a las inundaciones. Estamos acostumbrarnos a quejarnos de todo, y a echarles la culpa a los demás de nuestras desgracias, a victimizarnos, cargamos aún con el complejo de conquistados y no de independizados. Según el escritor, somo seres solitarios, encerrados en nuestra burbuja protectora que conservamos desde la época de la conquista. Y eso es hasta cierto punto entendible, ya que recordemos que los grupos que encabezaron los movimientos de independencia no constituían nuevas fuerzas sociales, sino la prolongación del sistema feudal. Pero esto es causal de otro tema.
Aquí, un breve extracto de “El Laberinto de la Soledad” que ejemplifica el estado semipermanente de status del mexicano, que a mi muy particular punto de vista contribuye a nuestra realidad como País independiente… y AÚN en vías de desarrollo.
“El mexicano excede en el disimulo de sus pasiones y de sí mismo. Temeroso de las miradas ajenas se contrae, se reduce, se vuelve sombra y fantasma, eco. No camina se desliza; no propone, insinúa; no replica, rezonga; no se queja, sonríe; hasta cuando canta – si no estalla y se abre el pecho – lo hace entre dientes y a media voz, disimulando su cantar”
Y ante la tiranía
de esta disimulación
Que aunque de raros anhelos
se me hincha el corazón,
Tengo miradas de reto
y voz de resignación
No olvidemos que como dice el maestro Paz, “entre dientes mal se oyen las palabras de rebelión”
Y sigue sorprendiéndonos gracias al poco (o debería decir nulo) avance que a pesar de los años, no nos ha servido para el crecimiento. Aquí otro extracto en el que Octavio Paz hace hincapié de esto;
“Durante más de cien años hemos sufrido regímenes de fuerza, al servicio de las oligarquías feudales, pero que utilizan el lenguaje de la libertad. Esta situación se ha prolongado hasta nuestros días” Hasta los suyos y los nuestros debería agregarle al maestro.
Pero volvamos a nuestra época… ¿cual es la razón que siendo un país rico en cultura, recursos, extensión geográfica por nombrar solo algunos atributos nacionales, sigamos estando al borde de todo, en el ya merito, ya casi, por poco. ¿Cual es la mentalidad que nos detiene para avanzar? Porque estando tan cerca de uno de los países más poderosos del mundo no aprendemos de su ejemplo de crecimiento en tan poco tiempo, ní el de los Países de Europa que hasta el más pequeño pertenece al primer mundo.
Octavio Paz hace un comparativo muy interesante de nuestros vecinos del norte con nosotros que a continuación enlistaré, y en los cuales describe con estos marcados ejemplos de su naturaleza alegre, abierta, desenfadada, pero responsable, junto con la nuestra taciturna, introvertida, preocupada y pesimista, echémoslo un vistazo.
• Los americanos son optimistas nosotros nihilistas (solo que nuestro nihilismo no es intelectual, sino una reacción instintiva, por lo tanto irrefutable)
• Los mexicanos somos desconfiados ellos son abiertos
• Nosotros somos tristes y sarcásticos ellos alegres y humorístico.
• Los norteamericanos quieren comprender, nosotros contemplar.
• Son activos, nosotros quietistas disfrutamos de nuestras yagas como ellos de sus inventos.
• Creen en la higiene, en la salud, en el trabajo, en la felicidad, pero tal vez no conocen la verdadera alegría, que es una verdadera embriaguez y un torbellino.
• En el alarido de la noche de fiesta nuestra voz estalla en luces y vida y muerte se confunden; su vitalidad se petrifica en una sonrisa niega la vejez y la muerte, pero, inmoviliza la vida.
• Ellos son crédulos nosotros creyentes
• Aman los cuentos de Hadas y las historias policiacas nosotros los Mitos y las leyendas
• Los mexicanos mienten por fantasía por desesperación o por superar su vida sórdida. Ellos no mienten pero sustituyen la verdad verdadera, que es siempre desagradable, por una verdad social.
• Nos emborrachamos para confesarnos ellos para olvidarse
Parecerían frases simples pero sí nos tomamos nuestro tiempo, nos daremos cuenta que es motivo de un concienzudo examen. Es cierto que tal vez no encontremos las respuestas, pero sí es motivo de análisis el porque ellos sí y nosotros no. ¿Que tienen ellos que nosotros no? Porque no hemos aprendido de nuestros errores en lugar de repetirlos una, otra y otra vez.
Hace poco recibí un mail que viene y conviene al caso, es tal vez el resumen a grandes rasgos de los elementos que como individuos, ciudadanos y mexicanos necesitamos para darle un giro a nuestra realidad como nación, es curioso que coincida con ejemplos específicos que aunque bien, no dio Octavio Paz en su “Laberinto… ilustra, contrario a éste algunos elementos que pueden ser los ingredientes que nos faltan para lograr el crecimiento en nuestro País, los cuales desde luego no desarrollaré, porque no pretendo que esta entrada se convierta en una lección moralista, sino únicamente puntualizar los elementos sencillos que como país independiente podríamos aplicar.
Puntualidad.
Trabajo en equipo
Dispuestos al cambio
Evitar la desidia
Ser Ordenados
Ser constantes
Ser Responsable
Educación
Honestidad
Proactivo (¡Ojo!, Independiente)
Respetuoso
Generoso
Comprometido con tu país
Responsabilidad social
Confianza en sí mismo
Saludable
Ahorrativo
Perfeccionista
Por último me gustaría agregar una última pregunta ¿No sería mas adecuado, que en lugar de celebrar deberíamos concientizar que hemos hecho con NUESTRA INDEPENDENCIA para merecerla, para mantenerla, y para aprovecharla?
Bueno, eso digo yo…
NOTA: Quien este interesado en el mail completo acerca de los puntos elementales para el crecimiento puede pedírmelo y con gusto se lo enviaré.
jueves, 18 de marzo de 2010
BICENTENARIO DE INDEPENDENCIA Y CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
Quién dice que la televisión no sigue siendo un medio masivo influenciable se equivoca. Estamos en un año importante como mexicanos, ó al menos eso es que lo anuncio el gobierno y los medios de comunicación con bombo y platillo.
200 años de la independencia de México y 100 años de la revolución. Y es que después de mucho maquilar acerca de cómo abordar el tema decidí que era un tema tan extenso, que puede ser visto desde distintos puntos de vista, que en una sola entrada no sería suficiente. Es por eso que la siguiente es solo la primera de varias entradas que mes con mes, a partir de Marzo, y hasta Septiembre, tengo pensada plasmar como cuenta regresiva para tan relevante acontecimiento.
Pues bien, esta es solo una pequeña introducción, esperando ansiosamente sus comentarios.
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